La manera de actuar en el quehacer fonoaudiológico
tiene relación con respetar los derechos del paciente, tanto como los nuestros.Para
eso es necesario tratarlos como personas, como por ejemplo llamándolos por su
nombre correspondiente.También dándoles las opciones para que ellos puedan
elegir con libertad, otorgándoles un rol mas activo en su recuperación. No debemos hacerles falsas ilusiones, pero
tampoco quitarles todas las esperanzas para poder recuperar su bienestar de
salud.
Unos de los grandes objetivos profesionales del
fonoaudiólogo es lograr una confianza con su paciente y para eso es necesario
que nosotros entreguemos confianza para ser respondidos de la misma forma.Así
de esta manera haremos sentir importante al paciente, demostrándole que hay que
trabajar mutuamente para su recuperación.
Primero debemos enriquecernos de manera personal para
luego extrapolarlo a nivel profesional. Con respecto al paciente no debemos
hacerlo sentir discapacitado ni inútil, ya que no por ese problema se
disminuirá su valor como persona, debemos tener cuidado de no menospreciarlo
por su situación socioeconómica, profesión, raza, religión, etc.
Nuestra profesión debe ser basada en la vocación al
servicio al que sufre por lo que es imprescindible sentir placer al trabajar,
pero sin llegar a obsesionarnos con esta, es decir controlando y conociendo
nuestros límites como profesional, sabiendo hasta que punto llega nuestra
capacidad de rehabilitar al paciente.
Es por esto que tenemos la responsabilidad de
recuperar las habilidades comunicativas, de asumir nuestros errores de informar
las responsabilidades y derechos a los cuales tratamos, para que la experiencia
de la rehabilitación sea un enriquecimiento mutuo.
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